Paisajes de la memoria subconsciente

6, julio 2006 at 5:05 pm Deja un comentario

La torre desconocida y misteriosa que surge de las profundidades del mar, el pez–isla, el barco fortaleza que se enfrenta, con su cubierta de bosque, a los rigores de la tempestad. Las complejidades sin explicación del imaginario colectivo, del subconsciente que aflora en los cuadros de Mario Iglesias que, desde hoy, estarán expuestos en la galería Arcana.

“Me resulta muy complicado intentar explicar mi pintura, no tengo un proyecto ideológico, algo que tenga claro y de lo que pueda disertar. Sencillamente lo que se ve es lo que sale en el momento de pintar. Creo que si hay que dar demasiadas explicaciones, algo falla.”
La pintura de Mario Iglesias se basta para explicarse a si misma, sin necesidad de grandes discursos teóricos ni clases magistrales sobre la verdadera naturaleza del arte. Su obra existe, y permanece en el campo visual del observador, incluso cuando ya se ha ido. Los lienzos, de una densidad extraña, misteriosa, persisten en socavar la tranquilidad de un espectador indiferente. No hay indiferencia en las obras de Iglesias, donde todo se cubre de un verde azulado, oscuro, un paisaje misterioso y sobrecogedor, que arrastra hacia el mundo de los sueños, de las pesadillas. “Pero no son cuadros tétricos”, comenta el autor, “a mí no me gustan los paisajes y los temas tétricos. Son misteriosos, desconocidos. Y supongo que lo que tiene misterio también asusta un poco. Son lugares que han estado ahí desde siempre, paisajes que pertenecen a la memoria imaginaria de todos, desde antes incluso de nacer”.
“Memoria imaginaria”, este es el título que engloba la exposición que, desde hoy viernes hasta el 22 de mayo, colgará de las paredes de la galería Arcana. La obra más reciente de Iglesias presenta una unidad que no siempre resulta sencilla de encontrar en el conjunto expositivo de un artista. “Supongo que es porque están todos pintados en un mismo momento, casi podría decir que del tirón. Pero pictóricamente he pasado por muchas épocas. Desde el colorido hasta el tono más suave de los pasteles. Y ahora, sencillamente, la pintura se ha ido oscureciendo. Es algo a lo que ha llegado ella sola”. Dejar que la obra evolucione, respire y fluya por sí misma sin imposiciones externas es una de las principales premisas del pintor pontevedrés.
La influencia de los grandes tiene un lugar destacado dentro del panorama pictórico del artista. Si bien la enumeración de nombres es larga y profusa, destaca por encima de todo el realismo mágico de Magritte, que Iglesias transforma en un estado del subconsciente más cercano a autores puramente surrealistas, donde la imaginación y la capacidad de abstracción del espectador resulta básica para la interpretación del cuadro. “Pero todo esto lo digo a posteriori”, recalca, “en el momento de pintar no me planteo si tiene un matiz negativo o positivo, si dentro de ese barco que flota en un mar hostil hay o no gente. Son pensamientos que vienen después, cuando el cuadro ya está terminado y lo observas desde fuera”.

El arte por el arte. Aunque estudió en la facultad de Bellas Artes de Pontevedra, Mario Iglesias lleva ya más de treinta años pintando. Explorador nato de todo tipo de soluciones artísticas, su obra más reciente bucea en las técnicas mixtas del óleo con aceites y acrílicos. Antes de recalar en la galería vilagarciana, donde ya estuvo hace cuatro años, Iglesias mostró su obra en la ciudad alemana de Munich.

Publicado en FARO DE VIGO, el Viernes, 22 de abril de 2005

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